Escapada gastronómica a San Sebastián
Hola a todos! Hoy os traigo la última escapada que hemos hecho en Navidades. Hemos estado en San Sebastián y nos ha encantado, enamorado y queremos más y más de esta hermosa tierra. El viaje ha sido de 4 días y 3 noches y el presupuesto ha sido de 425€ los dos aproximadamente contando gasolina desde Alicante hasta San Sebastián ida y vuelta, alojamiento, comida y bebida. Bueno fue más bien una infleta porque otra cosa no pero comer, comimos lo que no estaba escrito. 😛
Alojamiento 75€
Diesel: 100€
Comida y Bebida: 250€
Ciudades y pueblos que visitamos: San Sebastián, Hondarribia, Getaria y Pasajes de San Juan (Pasaia Donibane).
Todo comenzó la mañana del viernes cuando Dani me recogió y salimos camino a San Sebastián. Habían varias rutas pero nosotros elegimos la más corta y la más económica (sin pagar peaje), que era la de Zaragoza. Para ello os recomiendo que os bajéis la aplicación de la ViaMichelin que nos fue de gran ayuda para esquivar peajes y además nos alertaba de los radares. Porque otra cosa no, pero el Pais Vasco está plagado de Radares. Así que ATENTOS y conducir con precaución.
Todo iba genial hasta que llegamos a la altura de Valencia, un camión cisterna había tenido un accidente dejando la autovía totalmente colapsada. Más de una hora estuvimos retenidos allí, pero pudimos amenizar la larga espera con la música que Dani había preparado para la ocasión.
La verdad es que fue un poco paliza, debido al pequeño percance decidimos aligerar y parar lo mínimo posible para llegar a las 16:30 de la tarde.
Mientras que esperábamos al casero de nuestra habitación alquilada en Airbnb, decidimos dar un paseo por la zona. Estábamos hospedados en el barrio de Gros. Un barrio genial que está en la playa de los surferos y a 5 minutos del centro. Ya comenzamos la tarde con unos vinillos, palabreja que utilizamos para hablar de vinos, que estaban genial y el precio era de risa, 1.20€ el vaso.
A las siete apareció el casero, que nos enseño nuestra habitación. Era una habitación pequeña en un piso donde compartíamos con más inquilinos, que en ningún momento nos molestaron. La habitación era para descansar así que tampoco esperábamos un gran lujo. Eso sí, estaba bien limpia. Y lo mejor el colchón. Era súper cómodo, me hubiera quedado horas y horas si no fuera porque tenía que visitar la ciudad. J El casero, Ibon, un hombre muy amable que nos ayudo en todo lo que pedimos. Nos enseño donde estaba el parking gratuito, ya que en toda la ciudad había que pagar, y no barato, para aparcar.
Bueno, después de una ducha para quitarnos los kilómetros de encima, nos fuimos al centro a ponernos finos, finos a pintxos y vinillos. Estábamos gozando de lo lindo. No había pintxo que no superara al pintxo anterior… Todos estaban geniales, deliciosos e increíblemente buenos. Aquí tenéis una selección de los pintxos que nos fuimos tomando esa noche. Acabamos algo tocadillos con tanto vino para arriba y tanto vino para abajo. Pero es que no nos podíamos privar, era para lo que habíamos ido, para comer y beber.
Nos fuimos a dormir pronto porque al día siguiente queríamos aprovechar para ver Hondarribia.
La mañana se levanto gris algo típico en el norte, pero como nosotros estamos acostumbrados, no era algo que nos detuviera.
Hondarribia es un pueblo costero que esconde dentro del recinto amurallado un encantador Casco Viejo. Destacamos el Castillo de Carlos V, ahora Parador de Hondarribia, la iglesia de Santa Maria y perderse por las calles emblemáticas y pintorescas del Casco antiguo hasta llegar al barrio de la Marina, donde se encuentran algunos de los mejores bares de una gastronomía sublime. Que rico y que rico! Estuve hace unos años y no me acordaba del nombre del barecito donde comí una de los mejores pintxos de mi vida. Pero es que preguntando se va a Roma. Pues después de hacer una parada en un bareto para tomarnos el típico pintxo pote (pintxo y bebida) por 2 Euros, nos fuimos al Gran Sol. SI o SI, si vais a Hondarribia tenéis que pasar por ese bar. Nosotros comimos el Pintxo de Huevo Mollete (Al oro sobre migas de pastor al chipirón y jugo de ave y el pintxo de Hondarribia (Tosta de Bacalao ahumado con pimiento de piquillo, foie y dulce de melocotón. MADRE MIA!!!! Qué locura y que explosión de sabores.
Después de nuestro aperitivo nos fuimos a una sidrería para reventar más si cabe. Aunque no era época (la mejor época del año para ir es entre Enero y Abril) Dani se pidió el menú estrella. Chistorra de entrante, tortillaca de Bacalao , Bacalao con pimiento y cebolla y para plato principal un chuletón acompañado de sus patatas y su ensalada y un postre de queso con membrillo y nueces. Menuda infleta que se pego el compi! J Pero lo mejor de todo fue que podías rellenarte el vaso de sidra tantas veces como quisieras por tan solo 4,50€. Después de eso solo queríamos encontrar un autentica cafetería con sofás y podernos relajar tras una mañana tan movidita. Después de dar vueltas y vueltas, conseguimos un sitio en una heladería del centro porque las calles estaban llenas de gente.
Dani había quedado con unos amigos suyos de cuando hizo el camino de Santiago. Así que estuvimos de comilona y recordando batallitas del camino hasta la hora del Gin Tonic en un bareto del Casco Viejo. Que yo estaba encantada ya que pusieron música latina y pude pegarme unos bailoteos y gastar un poco de todo lo que había comido ese día.
Al día siguiente era la fiesta de Santo Tomas. Se trata de una fiesta donde conmemoran que antiguamente la gente de los pueblos traía animales y verduras para pasar el invierno. Así que los estudiantes aprovechan para montar su puestecito para ganar unos ahorrillos para su viaje de fin de curso. La gente se viste de caseros y sale a la calle para disfrutar de una fiesta llena de bebida (sidra) y chistorra de la buena. Y como anfitrión tienen a un cerdo que este año pesaba 360 kilos y que sortean entre el público. Nosotros aprovechamos que hacia un tiempo espectacular para visitar la playa de la Concha, el peine de los vientos y el monte Igueldo, donde se puede disfrutar de una impresionante panorámica de la ciudad, y es que como algunos locales aseguran si no has visto San Sebastián desde Igueldo no has visto San Sebastián.
Después de hacer turismo, nos comíamos hasta un cerdo, y nunca mejor dicho. El hambre apretaba y nos dirigimos de nuevo de ruta de pintxos y vinillos por el casco antiguo. Qué gozada! Además ese día regalaban chistorra en todos los bares, así que genial. Fue entonces donde para mi gusto encontré el pintxo supremo, el que viene desde el mismisimo cielo. Estaba tan bueno que repetí, fue el único pintxo que repetí. El pinxo era cotxino de Salamanca asado lentamente, 4€ en el Bar la Cuchara de San Telmo. Un pequeño bar que está en la última calle antes de la subida al monte Urgull y que hace esquina. Increíblemente riquísimo.
Si aún nos parecía poco acabamos comiendo un Talo de chistorra (3€), uno de los producto estrella de la fiesta de Santo Tomas. Se trata de un crepe hecho con harina de maíz y que le puedes poner chistorra, queso, bacon e incluso chocolate. Al primer bocado ya te sentías lleno.
No teníamos más tiempo que perder y nos fuimos dirección a Getaria, un pueblo autentico de pescadores vascos. Me encanto el pueblo. Que lastima que se había hecho de noche y no pudimos disfrutarlo bien. Eso si, nos dio para comprarnos un botecito de bonito del norte, otro de anchoas y una botella de txakoli, vino blanco típico de allí. Nos hubiera encantado recorrer el paseo por la costa que lleva desde ese pueblo hasta Zarautz. Nos lo apuntamos para la próxima.
Era ya hora de cenar y yo estaba cansadísima solo quería irme a dormir. Pero dani aun tenía hueco para algún pintxillo más. Así que volvimos a San Sebastián y lo acompañe a que se comprara un bocadillo en el bar Sport. Qué bueno que estaba el bocadillo. Acabe comiéndome medio así que se tuvo que pedir otro. Todos los bocadillos tenían buena pinta pero nosotros nos decantamos por el de lomo fresco con tomate mmmm!!
Y ya estábamos cansaditos así que nos fuimos pronto a dormir para el día siguiente poder madrugar porque era el día de regreso a casa.
Antes de volvernos, decidimos pasar por pasajes de San Juan un pueblo pintoresco de pescadores al que dimos una vuelta rápida y desayunamos. El viaje era largo y ya era hora de volver a la realidad.
Conclusión: Viaje gastronómico en el que disfrutamos de la comida, bebida y paisaje típico del País Vasco. San Sebastián es una ciudad bastante cara comparada con otras ciudades españolas. Pero tiene algo especial; sus calles, su gente, sus playas, su gastronomía, su todo que hace que sea uno de los destinos Europeos mejor valorado.
No perdáis la oportunidad de visitar una belleza como la que esconde el País Vasco.
Espero que os haya gustado el artículo, si tenéis alguna pregunta o duda… Escribirnos aquí debajo en los comentarios.
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ke bonito el resumen de vuestro paso por aqui estuvisteis en los sitios mas bonitos como os dije a mi me gusta mucho ir al peine del viento y estar trankilo alli con el mar de fondo y las olas os falto ir al aqurium o a la isla santa clara para la siguiente
Con anfitriones como tu y la ciudad que teneis que es para comersela, como vamos a negarnos a volver? Esperamos que el reencuentro sea pronto. Hasta entonces aqui te esperamos. Un saludo
Que guay! Mi chico es de Donostia y vamos mucho. Es una pasada y yo cada vez que voy, vuelvo rodando a Madrid jajaja. Y con mucha suerte además, que no os llovió 😉
Nos vemos por twitter! Saludos
Llevabamos tiempo queriendo ir y fue todo un acierto. La verdad que todo el Norte es precioso pero San Sebastian tiene un punto romantico que la hace si cabe mas atractiva. Muchisimas gracias por el comentario Sara y hasta muy muy pronto.